No importa hacia donde voy
sino quién seré cuando me vaya.
Cuando medite sobre la muerte
el riguroso camino hacia los dioses.
Entonces exclamaré:
¡No te da vergüenza querer y reflexionar
lo mismo que cuando eras niño!
APROXIMACIÓN
Cuando mi rostro llora
en los espejos de la urbe
y mi cara madrugadora
pierde la realidad
del espacio,
me digo Ivo, hijo primerizo,
hijo fantasma.
Que haz hecho de tus pasos
a dónde fueron a parar
tus alucinaciones,
qué hiciste con tu garganta,
dónde se durmieron tus ojos.
Pero el espejo
que bien me conoce
que no se deja llevar
por primeras impresiones.
Me dice, ni se te ocurra
venir por estos lados
porque aquí Nosotros
también estamos solos.
Yo escribo porque no conozco
otro idioma que no sea este
el de vivir escribiendo
en las calles o en la arena
a pesar de que todos sepamos
que las palabras son como la lluvia
terminan en algún charco
calmándole la sed a un perro tiñoso...
En Buenos Aires conocí a la muerte,
se me presentó en la avenida 9 de julio,
me dijo que estaba sola
y yo, como buen cristiano le creí.
Me invitó a su departamento,
en las afueras de la ciudad.
Por ahí empezaron las caricias, el desenfreno
para luego terminar desparramados
por la habitación,
el resto, ya se sabe, es sólo leyenda.
He llegado para retirarme
antes que el resto,
los dioses me han castigado
y yo no puedo detenerme
de lo alto escucho mi nombre.
Me llaman
(no se quién, ni quienes)
pero lo consiguen.
Cerraré mis ojos
odiosos de locura
cerraré mi cuerpo
a cualquier cobardía
y me lanzaré a la muerte,
puro e inocente
creyendo que esta
es mi última esperanza.
Qué viaje se prolongó en nuestros cuerpos
que sin querer nos hicimos crepúsculos,
nadamos aturdidos, bebiéndonos
las constelaciones.
Tratamos de naufragar en algún puerto,
que nos enseñase el camino a la conciencia,
más los trozos de vida, que llevábamos
en la sangre,
se convirtieron en mandrágora, atrapando,
cada visión que veíamos.
Cuando me emborracho y las calles
se convierten en verdaderos carruseles
y los postes son mis peores enemigos
un poema se me viene a la mente
"un pequeño poema de amor"
entonces saco un papel arrugado del bolsillo
me siento en la vereda y lo comienzo a leer
pero los perros, los llamados amigos del hombre
que no tienen cariño alguno
hacia mi persona, porque
saben que a mi me gustan los gatos
comienzan a ladrar y aullar y ha decir:
Lo sentimos, no era mala tu poesía,
pero en esta esquina
sólo escuchamos a los perros poetas.
Qué haremos cuando te vayas de mi recuerdo
y venga otra con más sueños,
con más rabia con más fuerza
y todos te olviden, y las pesadillas
ya no se acuerden de ti,
y un violín desafinado entone
otros acordes, y tú
ni siquiera seas algo
y, a veces, me veas en una foto
o en un diario de cualquier planeta
con mis bigotes largos de Dalí
y el pelo blanco como la luna.
Mujer indomable, atrevida y solitaria
que harás con los gusanos, la lápida
y con las piedras.
Cuando te vayas de mi recuerdo
para siempre.
Las gaviotas se olvidaron de las gaviotas
y se fueron a ocultar en algún esqueleto
en la arena un zapato a medio enterrar
nos recuerda al vagabundo
que quiso ser astronauta
en la playa los botes están de luto
y los remos navegan buscando
alguna mano que los despierte
por una ventana un niño
se imagina como era el mar
mientras en el cielo
la última estrella desaparece.
En la ciudad todos tenemos algo de pueblo
y nuestro idioma es el silencio
aunque Catalina no aparezca
y la cita no sea una cita
si no un motivo para morir un poco
y yo me levante de este universo
salgo corriendo, saltando, gritando
las hojas se molesten conmigo
las palomos se rían de mí
todas las plazas del mundo lloren
aunque no sea cierto
¿Qué importa?
Si todos venimos de algún llanto.
Mi abuelo antes de morir
me dijo;
El cielo ha sido quemado
y ya nadie podrá habitarlo.
Y ahora qué hago pensé,
qué les digo, qué les miento,
cómo les explico:
Que todo el cielo
es un montón de cenizas.
No es normal huir de los recuerdos
y no apagar la llama de los sueños.
Una mano se duerme sólo dentro de otra mano
y nosotros no podemos quedarnos sin dormir.
Un pequeño silencio nos avisa
que ya es hora de cerrar las cortinas
y dejar entrar a la oscuridad.
Ella que reina en mis ojos
que son su reino
y besa mis labios
sobre un espejo,
ella cree que nuestra casa es el mar
y nos detiene para besarlo,
ella sostiene en sus manos el mundo
y sobre mi cuerpo, la calma,
ella que se eleva para mirarme
que es reina, flor, mariposa
adivina que la noche no ha caído
y sabe que las estrellas se alumbran
en quién sino en mis ojos
que son mis manos
que son sus manos
que me abrazan
y abrazan al mundo
que es el universo
y ella que descansa sólo en mí,
que sabe que le pertenezco
y que grita nuestros nombres
a espaldas de la tormenta
y que me obliga a mirarme hacia dentro
para morir pensando en la distancia
de su reino
y de mi reino.
Viajar es siempre desaparecer un poco
Es encontrarse, a veces, uno mismo
Es buscar ciudades en una sola ciudad
Es conocer a quién no conocemos
¿Pero quién se conoce?
Acaso se conoce quién estuvo
En Tokio, Edimburgo,
o en algún café de mala muerte
Hoy creo conocerme más que nunca
mientras leo las palmas de tus manos
y acaricio tus ojos en silencio.
Mi padre aburrido de pasaporte e ilegalidad Se tragó la cárcel en un salto furioso Entre el Mar Muerto y Talcahuano Se quedó con una cabina a estribor Y dejó que sus muebles se pudrieran En el invierno sucio del desamor A veces, llora por lo que no hizo O por lo que soñaba hacer No busca medallas ni reconocimientos Su vida fue una selva perdida Un corazón regalado a los cuatro vientos Se ha convertido en un carrusel Atestado de adolescencia y presagios Apuesta su puño izquierdo A que este mundo cambiará algún día Por eso lleva la bandera adelante Entre compañeros y policías Mi padre es una gaviota, una marcha, Un remo a veces Espartaco con hambre y soledad.
Que se vuelvan todos los inmigrantes del mundo A sus países Y que nunca más tenga que arrancar nadie del hambre o la opresión Porque este planeta reventará de esperanza e igualdad Cuando los señoritos de la bolsa dejen a un lado los intereses Y se vistan con sostenes y calzones Y tengan hambre, frío y se les caigan los dientes a pedazos Y las goteras no los dejen pensar Cuando la inflación les desinfle el ego Y las acciones sean sólo por la paz y la alegría Y sus mansiones se conviertan en hospitales, asilos Y sus autos, sus carros, sus yates No sirvan para nada que no se pueda compartir Cuando ellos y nosotros Nos abracemos como hermanos, primos o sobrinos El mundo no necesitará de dioses ni santos Ni potencias La guerra será con nuestros corazones Con nuestra verdad, desde adentro para nosotros mismos Y olvidaremos que color, lengua o país tenemos Y un niño que levanta la mano Y un niño que estaba triste Y un niño que se iba a morir Llorará de pura alegría Y volveremos a ser uno A ser lo que fuimos hace tanto tiempo.
ANTIGUA CALLE COLON, CADA PASO CAMINADO CON SUEÑOS Y ESPERANZAS, SUFRIDOS Y ALEGRES DIAS, COMO EXTRAÑO TU OLOR, DE ALMEJAS Y JIBIAS PUTREFACTAS, GAVIOTAS CAGANDO EL TRAJE A LOS ABOGADOS, MARINEROS BUSCANDO AMORES EN LA MARIA ISABEL, PORTUARIOS SALIENDO DE BARES EN BUSCA DE UN TURNO, VIUDAS Y MONTEPIADAS AL BRAZO DEL FAMILIAR CESANTE, QUE RETIRAN DE CAJA EL SALARIO DEL MEJOR MUERTO, YA LAS PUTAS NO SALEN A TOMAR EL SOL A BARROS ARANA, LOS CAFES CON PIERNAS Y LOS CELULARES LAS DEJARON FUERA DEL SISTEMA, COMO A TODOS, SI CRESISTES TALCAHUANO PERO PARA POBLAR LOS CERROS, QUE ALOJA EL DESENCANTO Y LA AMARGURA DE PESCADORES QUE VEN SUS BOTES EN CALETA INFIERNILLO, PORQUE ESTE SISTEMA LES QUITO EL MAR, COMO TE EXTRAÑO PUERTO QUERIDO, ALGUN DIA TE VESTIRAS DE FIESTA PARA ESPERAR MI REGRESO RENE MALDONADO
PATRICIO MANNS (Nacimiento, 1937): Artista de vasta trayectoria. Como escritor ha incursionado en la poesía, novela y ensayo. Ha publicado: De noche sobre el rastro, 1966; Buenas noches los pastores, 1972; Actas de Marusia, 1974; Violeta Parra: la guitarra indócil, 1977; Actas del Bío-Bío, 1984; Actas de muerteputa, 1987; De repente los lugares desaparecen, 1991; Actas del cazador en movimiento, 1991; El corazón a contraluz, 1996; Memorial de la noche, 1998; Chile una dictadura militar permanente 1811-1999, 1999; El desorden en un cuerno de niebla, 1999; La tumba del zambullidor, 2001; Cantología, 2004, La vida privada de Emile Dubois, 2004; Diversos instantes del reino, 2006. Es considerado, además, uno de los grandes cantautores de América Latina. Autor de famosísimas canciones de raíz folklórica como: El Cautivo de Til-Til, Vuelvo, Cantiga de la Memoria Rota, El Equipaje del Destierro, Los Libertadores, América Novia Mía, La Ventana, Llegó Volando y Concierto de Trez Vella, entre muchas otras. Su canción Arriba en la Cordillera fue galardonada entre las tres mejores canciones chilenas del siglo XX. En literatura, ha sido distinguido con el Premio Alerce de la Sociedad de Escritores de Chile (1967), Premio Municipal de Literatura de Santiago (1973), Premio Consejo Nacional del Libro y la Lectura (2001. En el 2005 recibió el Premio Municipal de Literatura de Valparaíso. En1988 obtuvo la Beca Guggenheim. Como músico y compositor ha recibido innumerables reconocimientos en Chile y en el extranjero.
APODERO DE USTED DE ESPEJO A SUEÑO
Imagino que ya sabe quien soy. Imagino que sabe que le acontezco, habiendo destituido sin ninguna ceremonia particular, los pies de barro de sus húmedos semidiocesillos, en la arteria capital de los pantanos idolátricos.
Alejandra, por qué?
Así como la mar se cae al hombre y se ahoga en él, y se cae la cuerva hacia y en torno del cuervo, para rodearlo de plumas, enredarlo de carne, afirmarlo de huesos vacíos, ahorcarlo en duro esfínter, hasta terminar fecundándose vallejamente a sí misma, así yo la apialé a mi puerta en movimiento, a mi casa caracola, enigmática y rodante, y así me convirtió usted a la secta de su orgánico ébano parcial. Alejandra, por qué no?
Era cuestión de andar en curva recta, de vigilarlo todo con los ojos cerrados, de considerar los adelantes cáusticos, los lados equiláteros, los atrases rústicos restringiéndose en la sopa caudal del tiempo muerto, para encontrar el humus de sus sandalias retroactivas, y sentarse a comer bajo el dintel de la puerta, en aquel hotel donde esa vez se hallaba, con una manzana debajo de la gorra y una gorra aplastando la pirámide.
Alejandra, le dije, por qué no construimos?
Y entonces, sintiendo el olor de mis mordiscos que tarareaban en la fruta, usted salió y me puso encima, para amedrentarme, su par de almendras que indagaban mucho, su cabello retinto como noche fueguina, su ronco argentinazgo, su frente sudamericana, pero debajo de ella, una boca riendo sin remilgos, y más abajo, aún, el manjar suculento de su cuerpo, entretanto ataviado hasta el pescuezo (pues llovía), ordenando sus próximas premuras y la segura estirpe con el cálido modo de programar el vamos.
Alejandra, insistí lluvioso, por qué no construimos una?
Después ha continuado promulgándose el asunto tribal, las lecturas congénitas, la ansiedad sindrómica, el robusto muérdago totalitario, la garantía atávica del fauno episcopal, la aventura gozosa que humedece las articulaciones de la vida, la vida manzanaria, los atuendos del espíritu, el contagio, la sed, la desnudez. Más hondo, la gana tremebunda de coger el martillo y clavetear con huesos la madera contrita, y coger el serrucho y trozar los espasmos de las álgidas vigas, y la escopla turbulenta y pulir el juramento en su estertor, su cartílago nupcial, los resabios morales de la copulación, y también la vandálica escofina a partir de la cual el aserrín aflora de la piel. ..............................................Y en fin, cada herramienta, cada esfuerzo tenaz, cada reiteración de movimientos, en - por ejemplo - un Cro-Magnon matando su oso cotidiano, un Neanderthal modelando sus hijos, su bufido enciclopédico, su alimento, su estructura, su lanza, su desvelo, su calzado,, su mamouth, su escondrijo, su asentarse amenazando hierático el crepúsculo con el fémur de un enemigo muerto.
Y nosotros amándonos ya, desnudos todavía en el zaguán periférico de París, cromagnoneando, neandertaleando, sin techo ni cornisa ni escalera ni avión ni balaustrada ni cama ni desván ni escopeta ni tanque ni sillón ni portón ni lámpara ni hamaca ni vitral ni sendero ni bazuka ni rosa ni excusado.
Me apodero de usted de espejo a sueño.
Alejandra: puesto que lloverá episódico otro invierno, por qué no construimos una casa?
LA VIDA EN ESPIRAL
El amor es un orgasmo entre dos lágrimas La lágrima es un lago rodeado de estertores El estertor es un volcán de viento El viento es el camino de los cantos El canto es un misterio de la boca La boca es un abismo antes del pecho El pecho es otro abismo entre dos sangres La sangre es el motor que nutre el acto Y el acto es lo que mide los espacios hasta aquí enumerados
La cabeza es un nudo sobre el cuello El cuello es un largo istmo entre dos selvas La selva es el ancestro del desierto El desierto es un cuerpo ya bebido Beber no amaga el fuego en la conciencia La conciencia es otro reloj de arena La arena hace del cacto un rey antiguo Lo antiguo nos modela como a un niño Un niño es el pasado de los cuerpos Y el cuerpo es un combate que se pierde.
Y así
la vida es un espacio exacto entre dos muertes La muerte es un espacio exacto entre dos fuegos El fuego es un espacio exacto entre dos fríos El frío es una llama bajo cero El cero es el silencio antes del número El número es el verbo matemático Lo matemático es el cálculo de la realidad La realidad es lo único increíble Lo increíble es lo que no podemos Y lo que no podemos es lo que queremos
Narración de otras heridas y otras muertes (Fragmento) Dijo José Tum de Bonampak:
-Volví de mi costumbre de morir.
-Un día no más día que otros días cayó por Yucatán la sombra roja y un hijo del que huyó.
-Venía -dijo- a levantar venganza contra los que ahuyentaron a su padre, los que abrieron en el pecho durísimo de sus duros guerreros un manantial, con largas flechas pardas y lanzas como agujas.
(-Se refería a aquellas flechas nuestras, hechas de caña, pedernales y dientes de pescado muy agudos, que amarrábamos en la punta consagrada a la muerte del que se hallaba enfrente).
-Venía -dijo- a escarbarnos el vientre con sus alabardas, a rompernos la piel con la granizada de sus arcabuces, a tomar posesión de nuestra tierra, a tomar posesión de nuestras aguas, a tomar posesión de nuestros templos, a voltear el silencio de las altas pirámides con el grito que erige la tortuga.
-Estábamos rendidos, muertos de hambre, enfermos, la fuerza había menguado en nuestros cuerpos tras nueve años de langosta, no éramos ni la sombra de los pueblos capaces de dar guerra, de defender lo suyo, de morir combatiendo, como era la costumbre en Yucatán, en Campeche, en Quintana Roo, en Palenque, en Chiapas, en Oaxaca.
-Comenzó por quitarles la vida a los Yobain encerrándolos en una gran morada y prendiéndoles fuego hasta convertirlos el pálida ceniza, ceniza que flotaba atándose a los vientos, polvo y polvo y más polvo, un blanco polvo muerto.
-Y luego refinó sus costumbres bestiales, modificó sus hábitos de civilizador, su instinto de matanza, haciendo capturar a cien mujeres, que ordenó colgar de cien árboles, y ordenó que colgaran de los pies de cada una el hijo de cada una, pareciendo el conjunto de los cuerpos colgados, de lejos y de cerca, un racimo espectral y silencioso, apenas conmovido por el viento que venía del mar.
-También vaciaba huevos sin romperlos, los asaba en el fuego hasta que la cáscara crepitaba por su temperatura, y los introducía en la dulce cavidad de las hembras, para después violarlas moribundas, penetrando la herida calcinada como la boca de un volcán pequeñito y ardiente, que ya sólo escurría su placer en una sola dirección del sexo.
-Y una noche más noche que otras noches, ahorcó en un árbol seco, que por viejo y gastado había perdido ya todas sus hojas, a Kaman Cheli Tum, mi morena mujer, y su hermana Tachan Cheli Cozam, las dos doncellas más altas y hermosas del pueblo maya que vivía entonces, tan hermosas que por muchos años el horror de estas muertes fastasmeó en el insomnio de los conquistadores y hablaron largo tiempo -tres siglos- de su remordimiento.
-Y ese horror es también un extenso fantasma en la extensísima memoria de todos nuestros clanes, que siguen recordando el condenado sacrificio hasta el preciso centro de este día, tum.
-Entonces me mataron otra vez.
-Morí como seis soles más abajo cuando corría en derechura hacia el vago lugar donde me estaban esperando en silencio los caranchos.
(Del libro Memorial de Bonampak, Verso VIII)
ESCENAS DEL OLVIDO EN VALPARAÍSO
Era tan breve el peso de su nombre, Valparaíso. Dicho en voz baja y abril, y tan último el polen del otoño, Valparaíso, el secreto ardor transido de sal y esperma frutal, de nuestras ondas colmenas en agraz, Valparaíso.
Fue tan verdad el tiempo de sus manos, Valparaíso, y tan susurro su voz, tan precario el abrigo de su vientre, Valparaíso, tan corta su sed, tan severo su pan, tan incierto su olor, tan impotentes sus anclas al zarpar, Valparaíso.
Puerto de bruma, mírame aquí: cargo en la boca su cicatriz, cargo en el pecho su desacierto, cargo en las manos su espacio abierto, puerto memoria: guárdamela de fuego y niebla cerca del mar.
Guarda su mágico delirio trágico, guarda su infancia y su distancia, Valparaíso celestino.
Ella habitó los mapas de mi pecho, Valparaíso, cruel de estatura y de sol. Ella ungió su misterio a mi memoria, Valparaíso, y yo dudo acá, privado de ser, náufrago de anclar, mientras su enigma se agota sobre el mar, Valparaíso.
Puerto sin sueño mírame aquí: cargo en la oreja su despedir, cargo en la sed su lagar desierto cargo en su muelle su asombro muerto, puerto invisible guárdala tú de espuma y yodo bajo tu luz.
Guarda su infancia, desvelo mágico y su distancia, delirio trágico, Valparaíso celestino.
Pero no sé si incluso tú eres cierto, Valparaíso, o fui yo quien te soñó.
LA DIGNIDAD SE CONVIERTE EN COSTUMBRE (Homenaje al dirigente del MIR, Bautista van Schouwen)
Silencioso, con silencio de piedra submarina, con la conciencia sometida al hierro, con la muerte trenzando sus cuchillos, sintió que se quedaba desvestido de sangre, de cabellos y de uñas, de ojo y de piel, como si fueran un violento equipaje, el único equipaje, o un dosel, un visillo, una terca ventana que atajaran el ojo a los verdugos de Bautista van Schouwen, compañeros
¡Tan callado! ¿quién hubiera pensado que pudiera coronar con silencio su conducta? ¿recordar a la especie la decencia? ¿y juntar sobre el cuerpo luminoso los golpes propinados a su pueblo, la espina y la cadena?
Ha crecido Bautista van Schouwen para siempre, elevado a semilla frutal, que desde ahora nos da la dignidad para hacerla costumbre, para escribirla en todos los presidios del mundo.
Secando la memoria, clausurando la boca, no dijo una palabra, ni una fecha, ni un nombre, ni un país, ni un río, ni una flor, ni un bosque, ni una abeja que sirvieran de mapa a los verdugos de su pueblo
Eso es todo.
Así es todo de simple, compañeros: en el duro momento de los hechos es tajante como agua de cascada y declara invencible su silencio, se doctora en metal enfurecido, se gradúa de bosque indescifrable, se viste de eficacia, se acoraza en conciencia: ha humillado las garras que araron en su piel, y así es que su tormento se convierte en un surco, y al golpearlo en la tierra lo forjaron semilla.
LA PRIMAVERA MUERTA EN EL TEJADO
"LA PRIMAVERA MUERTA EN EL TEJADO" cuenta la historia de una mujer que muere combatiendo en el tejado de su casa. Ella resistía a las fuerzas del golpe militar fascista del 11 de septiembre en Chile. Esta obra está dedicada a la Mujer Chilena y a su heroica lucha.
I. CUANDO APARECIÓ
Recostada, desnuda de toda hipocresía, vestida de toda responsabilidad, la vieron los vecinos sobre el espléndido tejado mascullando con furia los disparos intactos hacia los uniformes que poblaban feroces la calle enteramente palpitante. Piernas finas y largas ceñidas de mezclilla, voz de mapas perdidos, cintura de provincia, torso enfundado en una blusa brisa que agitaba el humeante estertor del invierno. Y sus pequeños pechos de diecisiete siglos, de diecisiete leches en sus cántaros dulces, cubriendo la muralla de piedra, su refugio, en donde el mar de tejas tenía sus rompientes. Y luego: el matorral de cabellos revueltos, sacudido en el aire como el ala de un cuervo, los ojos incendiados fusilando la calle, la boca desplegando su rabia grito a grito. Y en la mano derecha la pistola (un pájaro enervado y negro) con que soñaba perforar los tanques.
II. LAS MANADAS
Devorando calles, sucediendo escombros, galopan miedosas manadas vestidas de terror y asombro. Todo hueco es aire, toda vena es río (un zapato duerme cual caballo muerto), cualquier bala es frío. Se derrumba el árbol, se desploma el muro. Ni la vieja cumbre, ni el valle perdido son lugar seguro. Calcinado el hueso, amarrado el llanto, a oscuras el buitre sediento planeaba su festín de espanto. Quemó las banderas, mutiló las actas, dio lumbre a las hachas que derrocan bosques, briosas y compactas. Pudo agriar el año, vejar siglo y ruego, pero es la conciencia combustible errante del secreto fuego. Porque la conciencia vocea profunda su soporte antiguo que impide que el peso contrario nos hunda. Porque la conciencia es manada brava, que antes llevaría la tierra a cenizas que la raza a esclava.
III. PICHONA SIN PICHÓN
Pichona sin pichón, águila suave, de repente surgida desde el techo, sola estaba, de bruces procurando derribar sobre el pecho de la calle cuanta sombra y su hombre le faltaran el silencio a su clara palomera, salpicada de cólera y de orgullo. El invierno quemaba fragores insolentes, rugiendo sus volcanes rabiosos. Sus relojes fundían debajo de los pliegues el incierto tic tac del mediodía ardiendo. Los vecinos no vieron lo que vieron, apenas cazadores que pasaban. Y por fin la encontraron, dieron con la paloma, bocabajo en las tejas, disparando su enojo. Y apuntaron las armas enemigas y aleves, numerosas de siempre y de memoria. Pichona sin pichón, águila dulce, hija del techo, roja enredadera, solitaria violeta tumultuosa, defendiendo el enigma de su pueblo, la humillada bandera de sus muertos, el respeto a su clara palomera salpicada de cólera y de orgullo.
IV. EL SOLDADO CIEGO
En el parque de enfrente las hojas fueron rotas por ráfagas tenaces hasta no tener término. Encima del tejado, bamboleante y sonora, cada estampido aullaba la respuesta precisa. Luego el cerco de cascos y bayonetas ávidas escaló las paredes de las casas vecinas. Atacó circulando por los flancos del aire y rellenó de fuego los mayores tejados. Hasta que un ciego soldado campesino - recién, recién cortado de aquél su sembrado - con el sucio y deformante uniforme, con sus zapatos grandes, su gran oscuridad, chapoteando en la noche de la ciega conciencia, en el solemne y corto momento interminable en que el mundo paró su balbuceo, oprimiendo su dedo y su alegría, le colocó en la sien una amapola, esta amarga amapola de la muerte. Ella juntó los labios contra el muro. Con cálida dulzura posó la cabeza. Ella tornó de cisne la cabeza, desamarró los brazos, negó su fatiga. Un mechón de cabellos resbaló hacia la calle, la ampolla deshizo sus primores exactos, descendiendo por ellos en un hilo. Nació bermejo un charco. Y la paloma tembló de piernas, se durmió enseguida, amortajada por el sol oscuro.
V. CUANDO SE FUE
"Para todos la Patria o para nadie" decía escrito en tiza en la muralla, donde estaba su muerte floreciendo. De allí se la llevaron (flor de sangre); el tejado volvió a ser el tejado. Y el que canta nubló sus ojos grises. Ya nadie sabrá nunca su alto nombre, nadie verá el candado que cerrará su hambrienta boca suave, sus pupilas. Nadie el lugar de la ciudad enferma, en que sembraron bajo dulce tierra su honor ensangrentado y su coraje. Pero veremos florecer segura - como vieja escritura renovada por las tenaces tintas de la sangre - su primavera muerta en el tejado el once de septiembre (a mediodía), el once de septiembre (bajo el humo). el once de septiembre (a sangre llena). Recuérdalo. Recuérdalo. Recuérdalo. Recuérdalo. Con odio. Con amor. ................ Recuérdalo.
EL EQUIPAJE DEL DESTIERRO
Tú me preguntas como fue el acoso aquel que obtuve Metes la lengua en mi cabeza, en mi pensar, en mi algo. Y bien, te dejo suponer que abandoné mi pueblo. Que huí rompiendo el crudo umbral como un puma aterrado.
Pero yo te aseguro que no me han quitado nada. Puesto que de esta tierra no me podrán apartar.
Pues como van a robar mi volcán y su volcana. Desviar de mi alma el embocar del río con su ría. Hacharme en el paisaje el árbol con su arboladura Matarme en plena sien el rudo piojo con su pioja.
Quemar con un fogón usual mi libro y su librea Juntarse el yatagán con mi dolor y su dolora.
Hacer agua en temporal mi bote con su bota Batir en retirada mi conjuro y su conjura Vibrar la cuerda de mi solfeo con su solfear
Tú me preguntas como fue el acoso aquel que obtuve Pones el ojo a ojear en la estación de mi memoria Y bien concedo que al final ganaron la batalla Que falta conocer el resultado de la guerra.
Pero confieso que yo no extravié un grano de polen Puesto que de esta tierra no me podrán apartar.
Pues como van a extenuar mi caso con su casa Adelgazar mi saco vecinal con su saqueo. Uncir mi canto universal de grillo a su grillete. Vaciar de contenido mi araucano y su araucaria.
Cavar con fúnebre placer mi tumbo con su tumba. Frenar la turbulencia de mi gesta con su gesto El choque de mis esperantes con su espera dura El equipaje del destierro es mi maleta de humo.
Puesto que de esta tierra no me podrán apartar.
CUANDO ME ACUERDO DE MI PAÍS
Cuando me acuerdo de mi país me sangra un volcán.
Cuando me acuerdo de mi país me escarcho y estoy.
Cuando me acuerdo de mi país me muero de pan, me nublo y me voy, me aclaro y me doy, me siembro y se van, me duele y no soy, cuando me acuerdo de mi país.
Cuando me acuerdo de mi país naufrago total.
Cuando me acuerdo de mi país me nieva la sien.
Cuando me acuerdo de mi país me escribo de sal, me atraso de bien, me angustio de tren, me agrieto de mal, me enfermo de andén, cuando me acuerdo de mi país
Cuando me acuerdo de mi país me enojo de ayer.
Cuando me acuerdo de mi país me lluevo en abril.
Cuando me acuerdo de mi país me calzo el deber, me ofusco gentil, me enciendo candil, me encrespo de ser, despierto fusil, cuando me acuerdo de mi país.
VUELVO
Con cenizas, con desgarros, con esta altiva impaciencia, con una honesta conciencia, con enfado, con sospecha, con activa certidumbre pongo el pie en mi país.
Pongo el pie en mi país y en lugar de sollozar, de moler mi pena al viento, abro el ojo y su mirar y contengo el descontento.
Vuelvo hermoso, vuelvo tierno, vuelvo con mi esperadura, vuelvo con mis armaduras, con mi espada, mi desvelo, mi tajante desconsuelo, mi presagio, mi dulzura, vuelvo con mi amor espeso, vuelvo en alma y vuelvo en hueso a encontrar la patria pura al pie del último beso.
Vuelvo al fin sin humillarme, sin pedir perdón ni olvido: nunca el hombre está vencido, su derrota es siempre breve, un estímulo que mueve la vocación de su guerra, pues la raza que destierra y la raza que recibe le dirán al fin que él vive dolores de toda tierra.
CANTIGA DE LA MEMORIA ROTA
Vino a nadar la playa entre mis rocas, El mar me ha contemplado ola tras ola, El barco ha timoneado mi carcasa Y escucha mi rumor la caracola.
El calor se despoja de mi lana, La oveja me trasquila en cada estío, Mi padre bebe de mi vino brusco Y mi madre se cuelga de mi avío.
Un caballo y su espuela me cabalgan, Un camino me pisa diariamente, Los zapatos del polvo me han hollado Y el sol me considera un inclemente.
La tierra ha preparado mi piel llana, El arado me surca embravecido, El trigo ha dispersado mis semillas Y el pan con diente claro me ha mordido.
Un caballo y su espuela me cabalgan, Un camino me pisa diariamente, Los zapatos del polvo me han hollado Y el sol me considera un inclemente Que quema con sus rayos a la gente.
El frío hace un chamanto con mi sangre, La boca de un aullido me proclama, La casa que me habita no me barre Y sobre mi extensión duerme una cama.
La puerta me golpea en busca de alguien, La lágrima me enjuga en dos pañuelos, Un espejo se mira en mis ultrajes Y hay un libro que lee en mi desvelo.
Un celaje contempla mi caída, El malhechor comenta mi mal paso, Un país me ha buscado sobre el mapa Y no ha encontrado nunca el menor trazo
Malalai Joya (Farah, 1978) es un infinito ejemplo de coraje. Diputada, fue expulsada del Parlamento afgano, perseguida, amenazada por hablar claro y alto y por ser mujer en un país donde ellas solo son objetos.
--Usted analizará ¿Qué hace España en Afganistán? ¿Qué hace? --La política de España en Afganistán está equivocada. Estados Unidos y sus aliados ocuparon mi país bajo la bandera de los derechos de la mujer y la democracia. Instalaron en el poder a los señores de la guerra, tan ignorantes como los talibanes. Las tropas deben irse.
--Cuatro intentos de asesinato, escoltas y duerme cada noche en un sitio diferente. ¿Se puede vivir así? --Aun así es fácil que me maten, pero no callarán mi voz ni taparán la verdad. Soy la voz de los sin voz.
--Recientemente han asesinado a la jefa de la policía de Kandahar. ¿Teme ahora más por su vida? --Cada día me siento más en peligro y cada reconocimiento internacional es más peligroso para mí. Pero conmigo tienen dos problemas: primero, desenmascaro criminales y no me vendo; y segundo, soy mujer y nos odian, y más si eres activista. No abandonaré Afganistán, porque daría mal ejemplo a mi gente.
--Usted lleva burka para protegerse. ¿Cómo se ve Kabul así? --Es como estar en la cárcel, pero te sientes segura. Es como un ataúd.
--Occidente alegó la situación de la mujer afgana para justificar la invasión..., pero poco ha cambiado --Ha ido a peor. Es un infierno. Muchas se autoinmolan para no ser vendidas y la lista de asesinadas es interminable. Hay tantos casos...
--¿Por ejemplo? --Trece parlamentarios violaron a una mujer ante sus hijos y le orinaron en la cara... Violaron a Shakiba, de 7 años, y a Basira, de 14. Son peores que animales, porque estos matan por algún motivo y ellos no.
--¿Qué caso le afectó más? --Muchos, muchos, no sabría cuál. (Malalai rompe a llorar. Calla, se seca las lágrimas y se excusa). Lloro enfrente tuyo, pero no delante de la gente que me pide ayuda, porque debo darles esperanza.
--¿....? --Un día cortaron un niño en pedazos que esparcieron por la aldea. Tras estallar una bomba, un padre desconsolado mostraba la camisa de su hijo: es todo lo que quedaba de él. Un parlamentario, Piram Qul, puso a dos niños en un hatillo con piedras y lo tiró al río. Darviz Kambakhsh está preso por bajar de internet un texto sobre la mujer... No hay justicia, solo mafia.
--La expulsaron del Parlamento por llamar "animales" a los diputados... y pidió perdón a los animales por compararlos con criminales. ¿Qué pasó después? --Me llamaron "puta" en el mismo Parlamento, me pegaron, intentaron violarme..., y dicen que si pido perdón puedo volver.
--¿Nadie le ayudó? --Muy pocos. La mayoría del Parlamento pertenece a los criminales.
--¿Cómo es la vida cotidiana? --La inseguridad es terrible y la perpetúan para justificar la presencia extranjera. 300.000 niños no van a clase. Hay saqueos, violaciones, queman escuelas y cortan orejas a maestros para ejemplarizar. Kabul es una ciudad de mendigos. Para comer, hay familias que venden niños por 10 dólares.
Poetas del Mundo conocen legado de Pablo Neruda y Gabriela Mistral.
Representantes de más de diez países se dan cita en Chile para recorrer las huellas del Poeta y encontrarse con la magia de las letras en la Isla Negra de Pablo Neruda y Valle de Elqui de Gabriela Mistral.
Todo esto en el marco del Quinto Encuentro Internacional de Poesía denominado 'OCTUBRE: Tras las Huellas del Poeta' que se desarrollará del 15 al 25 de octubre en las ciudades de Santiago, Valparaíso, Viña del Mar, Isla Negra, Cartagena, Melipilla, San Fernando y Rancagua; Los Vilos, Illapel, Salamanca, Coquimbo, La Serena, Vicuña y Monte Grande. La Poesía está viva y va caminando hacia las conciencias del mundo y hermanando a los cultores de las letras que llegan al alma. Por ello Isla Negra les recibe con las huellas de Pablo Neruda y, posteriormente, la Región de Coquimbo con todo el encanto de la poesía de Gabriela Mistral.
Con la finalidad de coordinar el evento, el secretario y fundador del movimiento, el chileno Luis Arias Manzo, llegó hasta la ciudad de Vicuña, ocasión en que visitó el Museo de la poetisa y desde allí, dio a conocer en detalle el itinerario dispuesto para el recorrido que harán los Poetas del Mundo. Seguiremos la ruta de nuestros noveles en un periplo que nos llevará por las regiones Metropolitana, Quinta, Sexta y la Región de Coquimbo. Se trata de nuestro Quinto Encuentro que Poetas del Mundo que organizamos en Chile motivando nuestro manifiesto universal que boga por el cuidado del planeta y la conservación de la Paz en el mundo , precisó Arias Manzo. Desde este escenario maravilloso los Poetas del Mundo podrán compartir momentos imborrables, declamar poesía mientras se les presenta la Casa de Neruda y el mar. El movimiento está presente en todo el planeta y se extiende cada día más con la incorporación de más de 1500 poetas anualmente y el compromiso es incidir en las decisiones políticas de los países para el beneficio del planeta y la humanidad, precisa su fundador.
Lazos de hermandad
El reciente viaje realizado a Marruecos por Arias Manzo, ha estrechado los lazos de Poetas del Mundo con esa nación del continente africano. Así quedó demostrado en esta visita realizada a la región, al ser el invitado de honor por el director del Centro Mohammed VI para el Dialogo de las Civilizaciones en Coquimbo, Ahmed Ait Belait.
Dicho centro se adhiere también a la actividad con la venida de una poeta árabe, la que estará presente en todo el recorrido por la Región de Coquimbo, además de una declamación poética en este majestuoso y bello lugar..
Confluyen, de esta forma, culturas y sociedades en un visionario puerto, en una visionaria ciudad, desafiando desde la cima de los cerros a mercados y barreras naturales, a idiomas y barreras culturales, desafiando nuestra propia existencia en la búsqueda de tolerancia. Paralelamente, el municipio de Coquimbo dará la bienvenida también a los Poetas del Mundo a través de las actividades conjuntas que están siendo organizadas por el Departamento de Cultura de dicha entidad edilicia
PROGRAMA
PRIMERA ETAPA (Del 15 al 19 de octubre 2009)
Jueves 15 de Octubre [1º día]
9:00 a 17:00 Llegada y acreditación delegaciones. Instalación en Hotel Londres 35. Barrio París-Londres. 18:00 19:00 Visita a la Casa - Museo La Chascona . Casa en Santiago que perteneció a Pablo Neruda. 19:00 20:00 Acto de Inauguración y Lectura de poemas en anfiteatro frente a la casa de Neruda 'La Chascona'. 20:30 Cena de bienvenida turístico en Restaurant Zabo - Plaza Mulato Gil.
Viernes 16 de Octubre [2º día]
09:00: Salida con destino a Rancagua [85 Km. al Sur de Santiago]
10:00: Llegada a Rancagua. Romería al cementerio y acto en homenaje al poeta Oscar Castro.
10:30: Acto público en la Fundación Oscar Castro, encuentro con Isolda Pradel y poetas locales, entrega de libros en donación a la biblioteca de la fundación. Saludos de autoridades. Lectura de poemas. Aperitivo.
13:00 16:00: Almuerzo y encuentro con trabajadores. Sindicato Codificado de la mina del Teniente. Germán Riesco 264 Rancagua.
16:00 19:00: Encuentro con público en general, lecturas. Sindicato Codificado de la mina del Teniente.
20:00: Hrs. Cena bailable.
22:00: Regreso a Santiago.
Sábado 17 de Octubre [3º día]
09:00: Salida a Valparaíso
10:30 11:30: Visita a casa-museo La Sebastiana de Pablo Neruda.
11:30 13:00: Lectura de poesía en la Plaza de los Poetas de Valparaíso.
13:30 15:00: Almuerzo en Valparaíso.
15:00 16:00: Visita a Valparaíso.
17:00 - 19:00: Visita al Palacio Carrasco, recepción ofrecida por los escritores de Viña del Mar. Lectura de poesía.
19:00: Cóctel en Viña del Mar con escritores, poetas y autoridades locales.
20:00: Regreso a Santiago llegando al hotel Londres 35 a las 22:00 aproximadamente.
Domingo 18 de Octubre [4º día]
09:00: Salida de Hotel con destino a Isla Negra.
11:00: Llegada a Isla Negra, visita de la casa museo de Pablo Neruda.
12:00 - 13:00: Lectura de poesía frente a la casa museo de Pablo Neruda en la Casa del Arte de Isla Negra que dirige el poeta Alfred Asís.
14:00 - 15:00: Almuerzo en Cartagena.
15:00 16:00: Tiempo libre para caminar por la playa.
16:15 -17:00: Lectura de poemas ante la tumba de Vicente Huidobro.
18:00 19:00: Visita al centro de Melipilla.
19:00 - 22:00: Evento poético - cultural en conmemoración al 6º aniversario de la muerte del poeta Víctor Marín Calquín, en el Espacio Social-Cultural 'Los Guajiros', en la ciudad de Melipilla.
22:00: Regreso a Santiago.
Lunes 19 de Octubre [5º día]
10:00 13:00: Ponencias, presentación de libros, lecturas de poesía, performances en la Biblioteca Nacional de Chile.
13:30 Almuerzo.
15:00 17:00: Visita al Palacio Presidencial La Moneda y lectura de poemas en salones y el sitio donde murió el presidente Salvador Allende.
20:00: Cena y entrega de diplomas en Hotel. Fin 1ª Etapa
SEGUNDA ETAPA
(Del 20 al 25 de octubre 2009)
Martes 20 de Octubre [6º día]
09:00 : Salida a Los Vilos
12:00 : Llegada a la ciudad de Los Vilos.
12:30 : Conferencia de Prensa con alcalde Juan Jorquera, Luis Arias Manzo, secretario Fundador Poetas del Mundo y los poetas internacionales.
13:00 : Recibimiento por Presidente Asociación Gremial de Caleta San Pedro de Los Vilos (almuerzo)
16:00 - 17:30 : Encuentro con estudiantes de colegios de comuna
18:00: Acto Público y declamación Poética en recinto Caleta San Pedro junto a poetas locales
Miércoles 21 octubre (7ª día):
Mañana libre 11:00 : Salida a la ciudad de Illapel.
13:30 : Almuerzo campestre en Reserva de Las Chinchilla (Aucó)
16:00 - 17:30 : Encuentro de Poetas con estudiantes de Illapel.
19:00 : Encuentro con escritores y poetas locales Casa de la Cultura
20:00 : Cena
21:30 : Regreso a Los Vilos
Jueves 22 octubre (8ª día):
08:00 : Salida Mina Los Pelambres.
13:30 : Almuerzo y acto poético con mineros.
14:30 : Traslado a Salamanca
17:00 : Recibimiento alcalde de Salamanca Don Gerardo Rojas Escudero.
18:00 : Encuentro y Declamación Poética con literatos de Salamanca.
19:30 : Cena en Salamanca
20:30 : Regreso a Los Vilos.
Viernes 23 de octubre (9º día):
08:30 : Salida a la ciudad de Coquimbo.
12:30 : Recibimiento autoridades en Municipio.
13:00 : Almuerzo en Mercado Puerto de Coquimbo con Autoridades.
15:00 - 16:00 : Recorrido por Coquimbo.
16:15 - 17:00 : Encuentro con estudiantes, escritores y poetas locales Casa de la Cultura.
18:00 : Acto cultural en Centro Mohamed VI para el Dialogo de las Civilizaciones. Cóctel.
20:30 : Salida a la ciudad de Vicuña.
Sábado 24 de octubre (10º día):
Mañana libre 12:00 : Visita Museo Gabriela Mistral 13:00 : Almuerzo 14:00 : Salida al pueblito de Monte Grande: declamaciones, visita escuela y Mausoleo.
Domingo 25 de octubre (11º día)
09:00 : Regreso a Santiago
Noche : Cena de despedida en hotel.
Mayores informaciones: Luis Arias Manzo: (2) 6334749 Celular: 082345708 David Altamirano: 93702950
En el día de la fecha, en la ciudad de Bs As, Argentina, tenemos que informarle que la señora Mercedes Sosa, la más grande Artista de la Música Popular Latinoamericana, nos ha dejado.
Haydé Mercedes Sosa, nació el día 9 de Julio de 1935 en la ciudad de San Miguel de Tucumán. Con 74 años de edad y una trayectoria de 60 años, Ella transitó diversos países del mundo, compartió escenarios con innumerables y prestigiosos artistas, y dejó además, un enorme legado de grabaciones discográficas.
Su voz llevó siempre un profundo mensaje de compromiso social a través de la música de raíz folklórica, sin prejuicios de sumar otras vertientes y expresiones de calidad musical.
Su talento indiscutible, su honestidad y sus profundas convicciones dejan una enorme herencia para las generaciones futuras. Admirada y respetada en todo el mundo, Mercedes se constituye como un símbolo de nuestro acervo cultural que nos representará por siempre y para siempre.
Quizás, las palabras de su entrañable amiga, Teresa Parodi, resuman el sentimiento de muchos:
“…Mercedes, salmo en los labios amorosa madre amada mujer de América herida tu canción nos pone alas y hace que la patria toda menudita y desolada no se muera todavía, no se muera porque siempre cantarás en nuestras almas…”
¿Un ciego con luz, o un lúcido enceguecido? Por Cristina Castello
«Sentí en el pecho un doloroso latido, sentí que me abrazaba la sed» J. L. Borges, de «El Inmortal»
Jorge Luis Borges es una metáfora de sí mismo. Es uno de los escritores más destacados del siglo XX y un emblema de su patria argentina, donde todos lo nombran pero pocos lo leyeron. Niño prodigio, vivió su infancia vestido de niña por su madre, quien lo llamaba «inútil» e «infeliz». Su erudición tiene pocos parangones. ¿Fue tan lúcido para descubrir la sacralidad de la vida, como para escribir? ¿O la lucidez dañó esa parte del espíritu donde está escrito que nada de lo humano debería ser extraño? Pocos artistas son tan amados y aborrecidos. Y se comprende: los versos de Borges son sagrados, pero su boca fue incontinente. Calificó a Federico García Lorca, como un «poeta menor», y de la misma forma honró a los vates de la Generación del XXVII española; no se privó de críticas a Julio Cortázar; de Cien años de soledad, de García Márquez dijo: «Lindo título, ¿no?». Fue implacable con Charles Baudelaire, se ensañó con Pierre Corneille –autor de «El Cid»– y con Isidore Ducasse (el Comte de Lautréamont). Más: al ritmo de cada sorbo de su té inglés calificó a Arthur Rimbaud como «un artista en busca de experiencias que nunca logró», y criticó salvajemente a André Breton, potencia de imaginación y poesía; y, aunque nacido en las pampas, su anglofilia era tan fuerte como su franco fobia (Juan José Saer dixit). Demasiado, Mister George. Su sed, su sed eterna. Este 24 de agosto, se cumplen 110 años de su nacimiento, y la pregunta de siempre sigue en pie: ¿Tuvo sed de poesía, o, también –y sobre todo– de sentirse amado por una mujer? Él, la pluma universal, tuvo amores imposibles y sufrió como los personajes de las novelas más vulgares, que despreciaba. Hasta que llegó su cauce: María Kodama, con quien tuvo una unión en el misterio. Mente prodigiosa, en «El jardín de los senderos que se bifurcan», propuso –sin saberlo– una repuesta a un problema de la física cuántica. Y toda su vasta obra fue un hito, como disparador de la fantasía de lectores y gentes de letras. A la par, si bien en su momento condenó a Adolfo Hitler y a Benito Mussolini, después hizo loas de autores de crímenes de lesa humanidad: Francisco Franco, Jorge Rafael Videla y Pinochet, entre otros. Asesinos, condenados en tal condición por la Justicia. Más que por otros poetas, se sintió marcado por el enorme Walt Whitman. Pero, ¿qué asimiló de él? La palabra de Whitman se batía por la libertad de los pueblos y la dignidad humana; la palabra hablada de Borges defendía –también– la invasión-masacre norteamericana en Vietnam. Su obra de ficción, plena de ironía, es sobria y precisa pero, en general, tiene una gran distancia con la vida viviente, como si lo que escribía hubiera pasado por su cerebro y no por su sangre; está plena de símbolos, de metáforas tan ricas como poco comprensibles para la mayoría; tiene un sentido metafísico, y muchas veces intensamente lúdico. «Historia universal de la infamia» y «El Aleph», entre otras, son piezas maestras del siglo XX. Borges fue uno de sus espejos de tinta. Un acertijo. Una suerte de estatua de sí mismo, un monumento, un ser sin piel, por cuyos poros asomaba su inteligencia. Pero en la poesía que escribió asoman sus venas terrenales, irremediablemente: [...] Sin que nadie lo supiera, ni el espejo, /ha llorado unas lágrimas humanas. /No puede sospechar que conmemoran /todas las cosas que merecen lágrimas (de «La cifra»). La poesía es una voz: la vida viva. Ni siquiera este hombre de la esquina rosada, pudo esconderse tras los muros de cristal del poema. El poema no tiene tapias: es revelador.
La hora de la espada: Borges, Pinochet y Videla
Amaba la música de Pink Floyd, de Los Beatles, de los Rolling Stones y de Brahms. Adoraba a «Bepo», su gato. Mientras, aplaudía al gobierno que hizo desaparecer a 30.000 personas –luego de torturas satánicas–, durante el golpe de Estado de 1976 en Argentina. Abrazado a su gato, Borges reclamó públicamente «cien años de dictadura militar». «Le agradecí personalmente el golpe del 24 de marzo, que salvó al país de la ignominia, y le manifesté mi simpatía por haber enfrentado las responsabilidades del gobierno», dijo en mayo de aquel año. Se refería a la reunión que mantuvo con el genocida Jorge Rafael Videla, primer presidente de facto de aquella etapa; había asistido, presuroso, con Ernesto Sábato, quien fue después defensor de los derechos humanos: los rictus de la vida. El tiempo hizo su juego y en1980, con o sin el gato «Bepo», recibió a las Madres y a las Abuelas de Plaza de Mayo, gesto en el cual –aunque ella lo niega, discreta– hay una influencia evidente de María Kodama. Entonces se mostró conmovido, y hasta indignado con los militares asesinos; y reiteró esa conducta cuando, ya en democracia, se juzgó a los desaparecedores de seres humanos: recién en ese momento quiso enterarse de los suplicios y muertes sufridos por sus congéneres, y escribió una crónica para la agencia EFE. ¿Había despertado por fin su lucidez para la fraternidad? Ojalá. Pero las palabras son una suelta de pájaros: imposible remontarlas cuando vuelan a voluntad del viento. ¿En cuántas personas influyeron sus primeras declaraciones? ¿Cuántas, sin pensamiento propio, repitieron los conceptos del poeta sólo porque «lo dijo Borges»? Paseó entre laberintos, espejos, libros de arena, ruinas circulares y bibliotecas de Babel. Cultivadísimo –es una de las más grandes glorias mundiales de la literatura– se fue de este planeta el 14 de junio de 1986, siempre en espera del Nobel. La condecoración que, orgulloso, había recibido de las manos con sangre de Augusto Pinochet, fue un escollo insalvable para el premio. Aquel día se alborozó con su flamante doctorado Honoris Causa de la Universidad de Chile, y enarboló la hora de la espada. La hora de la espada, el discurso reaccionario de Leopoldo Lugones, quien –con esas palabras– avalaba la siembra de muerte de los futuros golpes de Estado. Borges fue Borges, ni más ni menos, a pesar de haberse definido como anarquista. A los 17 había sido tildado de comunista, con la prohibición de entrar a Norteamérica. En realidad, sólo había tenido un enamoramiento adolescente de la Revolución Rusa, fuente de inspiración para el poemario «Los salmos rojos», que destruyó tres años después. Sólo se publicaron los versos de la poesía que da título al libro, en la revista «Grecia», en un periódico de España y en otro de Ginebra. De su pecado de juventud sólo queda esa huella, y las cenizas de tantas estrofas incendiadas. En 1983 anunció su suicidio en el diario La Nación, en el relato «Agosto 25, 1983». Por cierto que no se quitó la vida; y justificó haber jugado con las palabras y con la opinión pública, en su cobardía para auto inmolarse. ¿Buscaba con sus actitudes, la fama y el espacio que su país le negaba como escritor? ¿Era un exquisito provocador? Lúdico, me dijo en una entrevista que el deporte que más le gustaba era la riña de gallos; y con su proverbial ironía bajo el aspecto de ingenuidad, se preguntaba por qué en el fútbol 22 hombres corren detrás de una pelota, en lugar de comprar 22 pelotas. Se jactaba de haber tomado mescalina y cocaína en su juventud. Pero aquello no duró más que un instante: su droga dura fueron los caramelos de menta, y su devoción, la merluza hervida. Travieso, guardaba billetes de 10, 50 y 100 dólares entre los libros de su Paraíso: la biblioteca. A pesar de no haber creído en ningún dios, antes de morir rezó el «Padre Nuestro», porque así lo había dictaminado muchos años antes, su madre. Doña Leonor Acevedo seguía rigiendo el destino del hijo –el «inútil» e «infeliz»–, obediente hasta el último soplo, que exhaló el 14 de junio del ’86.
«Me duele una mujer en todo el cuerpo» (Borges, en «El oro de los tigres») Su padre lo llevó a un prostíbulo en Ginebra, para que ejerciera por primera vez como varón; y desde entonces, el amor le fue una frustración. Muy amigo de Adolfo Bioy Casares, escritor y caballero excelso y de una personalidad fuertemente seductora, Borges vivía a través suyo, lo que la vida no le daba: la pasión de una dama. Se sentía el patito feo. El nombre de una mujer recorrió el mundo en los versos borgianos: «Yo que he sido todos los hombres, no he sido aquel en cuyo abrazo desfallecía Matilde Urbach». Matilde no existió jamás: era el personaje de una novela ignota y de baja calidad, a quien él dio entidad universal con su estrofa. La soledad puede ser una telaraña. A Elsa Astete Millán, su primera esposa, la conoció en 1931, cuando él tenía 32. La relación fue terrible: sin amor, sin pasión, sin interés de ninguno de los dos por el otro. Ella se enamoró de Ricardo Albarracín Sarmiento, dejó al poeta ciego y amante de las espadas, y se casó con el candidato nuevo. Sólo después de decenios, Elsa relató aquel fracaso, sin mucha elocuencia: ―«No se dio», contó, apenas. ―«Sólo la esperaba a ella», gimió el poeta a modo de narración. Para mitigar la espera, Borges se enamoró de Estela Canto –quien jamás lo amó–, de Silvina Bullrich, de María Esther Vásquez, y más. Y llegó 1965 –habían pasado más de treinta años– y el reencuentro con Elsa. Él ya estaba casi ciego, tenía 68 años y ella 57. Sin que le importara su agnosticismo, se casaron por iglesia: por amor, todo podía sacrificarse. Al menos eso creyó. Doña Leonor Acevedo había influido una vez más: ―«¿Cada noche de su vida, antes de acostarse, miraba tu foto», dijo a su futura nuera. El matrimonio se terminó después de tres años, en 1970. Georgie se cansó: sin una palabra, salió de la casa conyugal y no volvió jamás. Unos meses después, mientras paseaba con su sobrino por la calle Florida de Buenos Aires, Elsa Astete Millán se cruzó con el escritor y lo saludó: ―«¿Quién es? », preguntó el poeta, ya totalmente ciego. ―«Es Elsa, tío», fue la respuesta ―«¿Y quién es Elsa?», repreguntó Borges. Enterraba el amor, ¿el amor? ¿Fue Millán la pasión que le hizo escribir me duele una mujer en todo el cuerpo? Todo hace pensar que no, pero... Qui sait? Alcanzó la fama recién en la antesala de la vejez, a pesar de haber comenzado su vida literaria como un superdotado. A los siete años había escrito en inglés un resumen de la mitología griega; a los ocho, el cuento «La visera fatal», inspirado en un episodio del Quijote; y a los nueve tradujo del inglés «El príncipe feliz» de Oscar Wilde. Su obra incluye cuentos, ensayos y poesía. Fue un innovador, abrió senderos. No hay que olvidar que dos de las grandes revoluciones de la lengua castellana, tuvieron su origen en la América morena: una fue la de Rubén Darío y el modernismo; y la otra, la de Borges, a partir del cambio que impuso a la narrativa. Además, hizo guiones de cine, crítica literaria y prólogos; escribió en colaboración con otros escritores, y tradujo obras del inglés, francés, alemán, anglosajón y escandinavo antiguo. Era como Leonardo da Vinci, complejísimo y lleno de matices, con inteligencia fascinante e imaginación enorme. ¿Era como el genio da Vinci? Así lo siente María Kodama. Cultivadísima, escritora e incansable cancerbero de la obra del Maestro, ella amaba tanto «su rostro de conejo» como verlo reír tal «un cachorro de tigre al sol». «Ulrica», según él la llamaba –nombre nórdico que quiere decir «Osita»–, escuchó por primera vez un poema del que sería su esposo, cuando tenía cinco años; lo conoció a los 12 y la relación amorosa empezó a finales de los’60, pero se hizo exclusiva, desde el adiós a Elsa. «Osita» fue también un gran soporte de la actividad literaria y personal de Borges, lo ayudó en la dirección de su colección «Biblioteca personal»; y escribieron juntos, en colaboración, «Breve antología anglosajona» y «Atlas». Fue desenfadada, fresca y espontánea con el Maestro: a pesar de su juventud, le discutía cosas que podrían haber parecido una insolencia y que, sin embargo, a Georgie le gustaban y divertían. Y así la disfrutó: libre como un animal en la selva, según ella se define, a costa de ser prisionera de su libertad. María fue los ojos a través de los cuales Borges descubrió geografías, amaneceres y obras de arte presentidas pero vedadas para sus pupilas en penumbras. Hoy, el poeta descansa –por su elección– en el cementerio Plainpalais (Ginebra), cerca de donde había tenido su primera experiencia sexual, en aquel prostíbulo. Vaya coincidencia. Y tantos amores frustrados, y tantos versos, y dos esposas, tan diferentes. Elsa le había dicho: ¾«Georgie, aprovecha tu cuarto de hora; hoy estás en el candelero, pero dentro de dos o tres años nadie se acordará de vos». María lo acompañó hasta el final y hoy recorre el mundo, para mantener vigente y hacer crecer la obra del poeta. Y no le debe de ser fácil: no es sencillo tener talento y ser la viuda de un grande, en un país como Argentina, donde tantos quieren apropiarse del alma del Maestro. ¿La amó? Nadie puede saberlo, el corazón del hombre es insondable, aún para sí mismo. ¾«Yo pronuncio ahora su nombre, María Kodama. / Cuántas mañanas, cuántos mares, cuántos jardines de Oriente y de Occidente, cuánto Virgilio», le escribió, entre tantos versos. Es como el ojo del huracán: serenidad y silencio cuando todo se arremolina a su alrededor, dijo de su mujer. «Y que nadie temiera», está grabado en la tumba de Jorge Luis Borges, un grande de las letras y un poeta sin compromiso con la vida humana. Sediento, lúdico, incontinente verbal, brillante, desamparado, a veces un niño. En los días anteriores a su muerte, contaba a su esposa de los caramelos «toffie» que le compraba su abuela, hablaban de literatura y estudiaban árabe. ¿Fue un hombre ciego pero con la lucidez a flor de alma, o la luz del conocimiento lo encegueció? «Debo justificar lo que me hiere. /No importa mi ventura o mi desventura. /Soy el poeta», había escrito. Quizás sea la mejor sentencia y la única conclusión.
*Cristina Castello es poeta y periodista, bilingüe (español-francés) y vive entre Buenos Aires y París. http://www.cristinacastello.com http://les-risques-du-journalisme.over-blog.com/
BERNARDO ES UNO, SINO EL MAS GALARDONADO DE LOS POETAS CHILENOS, HOMBRE DEL CAMPO Y AMANTE DE LA MONTAÑA, SUS PALABRAS Y LETRAS SON DE GRAN CONTENIDO Y LUCHA SOCIAL, HOY LE INVITAMOS A ESCUCHAR UN POEMA DEDICADO AL TÍO TOÑO.
Ya nunca más serás Timy Turner Ni yo tu Padrino Mágico Nuestra vida se fue en un dibujo recién pintado O en un recorte de diario con tus manitos de tijera No sabes cuanto te extraño ¿Quien te comprará ahora las aceitunas que tanto te gustaban? Ahora quien bailará contigo esas canciones antiguas Que solo tu padre podía escuchar Con quien cantarás María Cristina, María Dolores, María de Nadie De un cantante que el tiempo olvidó Como yo en este momento olvido tu rostro de niña grande Estas cambiando tus dientes me han contado Tu padre está cambiando su vida te cuento (La que nunca debió dejar atrás) Jamás te dije adiós o hasta siempre Que ha sucedido con esos papelitos Que me hacías para la suerte Reconozco que desde ese día la he perdido No olvidaré nunca cuando tu voz de niña buena Se clavaba en mi pecho como un arco iris de invierno Diciéndome papá me pincha tu barba, ¿papá porqué se te cae el pelo? Y te reías ha escondidas con tu Nana Gloria Cuando tu padre se impregnaba el cabello con vinagre Soñando en que la no calvicie salvaría a esta familia De todo este gran show en donde la única damnificada eres tu hija Y yo con tu madre nos hemos convertido en dos bestias En dos hienas bajo su sombra Pero a pesar de esta pesadilla enorme que se llama vida, Quizás con los años aprendas a conocerme Oh más aún, con los años aprendas que de los errores no se regresa nunca Oh hija mía si la vida tuviera un regreso Yo regresaría por ti aunque fuera a pedacitos Estoy lejos de nuestra patria de nuestra ciudad de nuestra casa Estoy lejos del acuario que tanto amas Y de tu Nemo tu hijo regalón Ya no te voy a buscar al Jardín como todos los días Ni me haces medirme con la jirafa que tienen en esos jardines Cuando tu toda creída me hacías pararme al lado de la jirafa para demostrarle a tus amiguitas Que no había nada más grande que tu padre en este planeta Ya no puedo contarte las historias infantiles de tu tía Milenka o de tu papito Ivo Que tanto te gustaban y te hacían dormir hasta el infinito Ya nadie seguramente te hablará de nosotros Querrán hacernos desaparecer del mapa O cavar una fosa y querer escondernos lo más lejos posible de tu mirada ¡Pero no temas hija mía! Porque desde todas partes, desde cualquier lugar o punto de la tierra No importa lo que hagan lo que digan o lo que piensen Nada ni nadie borrará el silencio de la boca de este mendigo Este pobretón este loco de patio como me llama tu Madre Hija que eres nuestra como los pasos de tu Ti o tu Tata Ale Hija pase lo que pase bajo esta marea de calendarios El cielo se vestirá de fiesta con su mejor traje El día en que tus manos se junten con las mías Aunque sea en un tribunal de delincuentes.
Hay artistas que nacen con estrella, artistas que parecen destinados contra viento y marea a perdurar, y a quienes los retrocesos, zancadillas o demoras sufridos en su trayectoria no contribuyen, paradojicamente, a debilitar o expulsar de la cancha de juego, sino a dotarles de mas solera, de mas proyeccion. A avivar la lumbre de su enigma. Siempre, tarde o temprano, les llega su momento
Desde el momento en que nos esforzamos en vivir sinceramente, todo será para buen fin, hasta si debemos inevitablemente tener penas sinceras y verdaderas desilusiones; cometeremos también gruesas faltas y haremos malas acciones, pero es verdad que es preferible tener el espíritu ardiente, aunque se deban cometer más faltas, que ser mezquino y demasiado prudente. Es bueno amar tanto como se pueda, porque ahí radica la verdadera fuerza, y el que mucho ama realiza grandes cosas y se siente capaz, y lo que se hace por amor está bien hecho. Cuando quedamos impresionados por uno u otro libro […], es porque estos libros han sido escritos con el corazón, en la simplicidad y pobreza del espíritu. Si se tuvieran que pronunciar algunas palabras pero con un sentido, sería mejor que pronunciar muchas que no serán más que sonidos huecos y no costaría nada pronunciarlas por la escasa utilidad que tendrían.
Si se continúa amando sinceramente lo que es en verdad digno de amor y no se derrocha el amor en cosas insignificantes y nulas e insípidas, se logrará, poco a poco, más luz y se llegará a ser más fuerte. Cuanto más rápido trata de distinguirse uno en el dominio de alguna actividad y en algún oficio, y se adopta una manera de pensar y de obrar relativamente independiente, y más se sujeta a reglas fijas, más firme se hará el carácter y no habrá por ello que sentirse disminuido. Hacer esto es de sabios, porque la vida es corta y el tiempo pasa ligero; si nos perfeccionamos en una sola cosa y la comprendemos bien, adquirimos por añadidura la comprensión y el conocimiento de muchas otras cosas.
A veces conviene ir hacia el mundo y frecuentar los hombres pues uno se siente allí obligado y llamado, pero el que prefiere permanecer solo y tranquilamente en la obra y sólo quisiera tener muy pocos amigos, es el que circula con más seguridad entre los hombres y en el mundo. No hay que fiarse jamás al hecho de no tener dificultades y preocupaciones y obstáculos de ninguna naturaleza, pero no hay que hacerse la vida demasiado fácil. Y hasta en los ambientes cultivados y en las mejores sociedades y en las circunstancias más favorables, hay que conservar algo del carácter original de un Robinson Crusoe o de un hombre de la naturaleza, jamás dejar apagar el fuego de su espíritu, sino avivarlo. Y el que continúa guardando la pobreza para sí y la ama, posee un gran tesoro y oirá siempre con claridad la voz de su conciencia; el que escucha y sigue esta voz interior, concluirá por encontrar en ella un amigo y no estará jamás solo...
Que esté allí nuestro destino, muchacho, que tu camino sea próspero y que Dios esté contigo en todas las cosas y te haga triunfar, es lo que te desea con un cordial apretón de manos en tu partida, tu hermano que te quiere
Otro domingo en Buenos Aires me invade la nostalgia y no puedo definir su camino la distancia hasta casa es tan larga allá en mi Isla hay alegría alboroto, más de una radio estará encendida a orillas del mar la gente bailando acá hay un cántico de tristeza la música llena el alma de un dolor que parece ser parte del grito de un pueblo yo, te pienso amigo del alma cerca tus montañas se besan con las de éste país tan triste, melancólico me pregunto cómo estarás en éste domingo Si aún te dices a ti mismo "Ivo, ni se te ocurra venir por estos lados porque aqui, nosotros también estamos solos"...
por Pablo Neruda (Chile) miércoles, 19 de agosto de 2009
El presidente Salvador Allende, nombró embajador de Chile en Francia a nuestro poeta Pablo Neruda. Este, que ya conocía a Mikis Theodorakis, gran patriota y músico griego, desde los años 60, le invitó a visitar Chile, en pleno gobierno de la Unidad Popular. Visitando Valparaíso, Theodorakis presenció una presentación del grupo folklórico “Aparcoa”, cantando versos del Canto General de Neruda. Entusiasmado por la belleza y fuerza de esos poemas, decidió musicalizar algunos de ellos. Días más tarde, en entrevista con el Presidente Allende, le contó de su proyecto y este le propuso que trabajara con Neruda en una gran obra, para ser presentada en Santiago, como una forma de homenaje y solidaridad con el pueblo griego empeñado en dura lucha contra la “dictadura de los coroneles”. Los hechos se dieron de forma distinta. El 11 de septiembre de 1973 se producía el golpe de estado y la muerte del Presidente Allende en el Palacio de La Moneda y el 23 de julio de 1974 caía la dictadura en Grecia. La obra fue presentada en fragmentos, en diversos países de Latinoamérica y Francia, durante los años 70. Su estreno completo se realizó recién el 4 de abril de 1981 en la capital de la República Democrática Alemana, Berlín. Hoy les presentamos 4 fragmentos de esa obra, que se basan el poema IV Los Libertadores. Sus versos, reflejan la historia de este continente nuestro, de esta tierra nuestra, pero también, desgraciada y dolorosamente, nos hablan de una lucha que sigue siendo presente, como nos lo recuerda el asesinato brutal del joven comunero mapuche Jaime Facundo Mendoza Collío. La Redacción de piensaChile
IV
LOS LIBERTADORES (Pablo Neruda)
AQUÍ viene el árbol, el árbol de la tormenta, el árbol del pueblo. De la tierra suben sus héroes como las hojas por la savia, y el viento estrella los follajes de muchedumbre rumorosa, hasta que cae la semilla del pan otra vez a la tierra.
Aquí viene el árbol, el árbol nutrido por muertos desnudos, muertos azotados y heridos, muertos de rostros imposibles, empalados sobre una lanza, desmenuzados en la hoguera, decapitados por el hacha, descuartizados a caballo, crucificados en la iglesia.
Aquí viene el árbol, el árbol cuyas raíces están vivas, sacó salitre del martirio, sus raíces comieron sangre y extrajo lágrimas del suelo: las elevó por sus ramajes, las repartió en su arquitectura. Fueron flores invisibles, a veces, flores enterradas, otras veces iluminaron sus pétalos, como planetas.
Y el hombre recogió en las ramas las caracolas endurecidas, las entregó de mano en mano como magnolias o granadas y de pronto, abrieron la tierra, crecieron hasta las estrellas.
Éste es el árbol de los libres. El árbol tierra, el árbol nube, el árbol pan, el árbol flecha, el árbol puño, el árbol fuego. Lo ahoga el agua tormentosa de nuestra época nocturna, pero su mástil balancea el ruedo de su poderío.
Otras veces, de nuevo caen las ramas rotas por la cólera y una ceniza amenazante cubre su antigua majestad: así pasó desde otros tiempos, así salió de la agonía hasta que una mano secreta, unos brazos innumerables, el pueblo, guardó los fragmentos, escondió troncos invariables, y sus labios eran las hojas del inmenso árbol repartido, diseminado en todas partes, caminando con sus raíces. Éste es el árbol, el árbol del pueblo, de todos los pueblos de la libertad, de la lucha.
Asómate a su cabellera: toca sus rayos renovados: hunde la mano en las usinas donde su fruto palpitante propaga su luz cada día. Levanta esta tierra en tus manos, participa de este esplendor, toma tu pan y tu manzana, tu corazón y tu caballo y monta guardia en la frontera, en el límite de sus hojas.
Defiende el fin de sus corolas, comparte las noches hostiles, vigila el ciclo de la aurora, respira la altura estrellada, sosteniendo el árbol, el árbol que crece en medio de la tierra.
Neruda 1
Los libertadores
Aquí viene el árbol, el árbol de la tormenta, el árbol del pueblo. De la tierra suben sus héroes como las hojas por la savia, y el viento estrella los follajes de muchedumbre rumorosa, hasta que cae la semilla del pan otra vez a la tierra.
Aquí viene el árbol, el árbol nutrido por muertos desnudos, muertos azotados y heridos, muertos de rostros imposibles, empalados sobre una lanza, desmenuzados en la hoguera, decapitados por el hacha, descuartizados a caballo, crucificados en la iglesia.
Aquí viene el árbol, el árbol cuyas raíces están vivas, sacó salitre del martirio, sus raíces comieron sangre y extrajo lágrimas del suelo: las elevó por sus ramajes, las repartió en su arquitectura. Fueron flores invisibles, a veces, flores enterradas, otras veces iluminaron sus pétalos, como planetas.
Neruda 2
Y el hombre recogió en las ramas las corolas endurecidas, las entregó de mano en mano como magnolias o granadas y de pronto, abrieron la tierra, crecieron hasta las estrellas.
éste es el árbol de los libres. El árbol tierra, el árbol nube, el árbol pan, el árbol flecha, el árbol puño, el árbol fuego. Lo ahoga el agua tormentosa de nuestra época nocturna, pero su mástil balancea el ruedo de su poderío.
Otras veces, de nuevo caen las ramas rotas por la cólera y una ceniza amenazante cubre su antigua majestad: así pasó desde otros tiempos, así salió de la agonía hasta que una mano secreta, unos brazos innumerables, el pueblo, guardó los fragmentos, escondió troncos invariables, y sus labios eran las hojas del inmenso árbol repartido, diseminado en todas partes, caminando con sus raíces. éste es el árbol, el árbol del pueblo, de todos los pueblos de la libertad, de la lucha.
Neruda 3
Asómate a su cabellera: toca sus rayos renovados: hunde la mano en las usinas donde su fruto palpitante propaga su luz cada día. Levanta esta tierra en tus manos, participa de este esplendor, toma tu pan y tu manzana, tu corazón y tu caballo y monta guardia en la frontera, en el límite de sus hojas.
Defiende el fin de sus corolas, comparte las noches hostiles, vigila el ciclo de la aurora, respira la altura estrellada, sosteniendo el árbol, el árbol que crece en medio de la tierra.
Neruda 4
NUESTRA tierra, ancha tierra, soledades, se pobló de rumores, brazos, bocas. Una callada sílaba iba ardiendo, congregando la rosa clandestina, hasta que las praderas trepidaron cubiertas de metales y galopes.
Fue dura la verdad como un arado.
Rompió la tierra, estableció el deseo, hundió sus propagandas germinales y nació en la secreta primavera. Fue callada su flor, fue rechazada su reunión de luz, fue combatida la levadura colectiva, el beso de las banderas escondidas, pero surgió rompiendo las paredes, apartando las cárceles del suelo.
El pueblo oscuro fue su copa, recibió la substancia rechazada, la propagó en los límites marítimos, la machacó en morteros indomables. Y salió con las páginas golpeadas y con la primavera en el camino. Hora de ayer, hora de mediodía, hora de hoy otra vez, hora esperada entre el minuto muerto y el que nace, en la erizada edad de la mentira.
Patria, naciste de los leñadores, de hijos sin bautizar, de carpinteros, de los que dieron como un ave extraña una gota de sangre voladora, y hoy nacerás de nuevo duramente desde donde el traidor y el carcelero te creen para siempre sumergida.
Hoy nacerás del pueblo como entonces.
Hoy saldrás del carbón y del rocío. Hoy llegarás a sacudir las puertas con manos maltratadas,con pedazos de alma sobreviviente, con racimos de miradas que no extinguió la muerte, con herramientas hurañas armadas bajo los harapos.